lunes, 29 de junio de 2009

ประเทศไทย - Thailand










Sa wat dii!

Ok, estoy en un ciber cafe tailandes donde los minutos de internet se venden como si fueran diamantes africanos, por lo que escribir el blog no ha estado exento de problemas logisticos y regateos. Mi teclado esta lleno de caracteres thai inentendibles y ni se les ocurra que existen aqui los acentos ni la pariente de la "n", por lo que no me hago responsable de las faltas de ortografia, pero intentare transmitir lo que han sido mis 5 dias en Tailandia de la mejor manera:

Day 1: 25 Junio
En mi ultima noche en Sydney me habia acostado a las 5:30 am despues de haber ido a comer con Sebastien y Helene para despedirnos definitivamente y luego llegar a dejar todo listo para el viaje al dia siguiente. Habiendo dormido menos de dos horas, no desperte con la alarma de mi celular y perdi una preciada media hora de tiempo que -sumado a que fue una odisea agarrar un taxi vacio a esas horas de la manana en Coogee- me hizo llegar al aeropuerto tarde, pero todavia a tiempo para tomar mi vuelo. Llegue al counter de JetStar -mi hit low-cost-, y el low-cost se hizo evidente cuando me informaron que mi vuelo habia sido cambiado y seria operado por Qantas. El problema fue que Qantas operaba en el terminal vecino, a 20 minutos corriendo. Fue asi como perdi mi vuelo a Melbourne (donde haria escala), pero gracias a Dios (y un poco de Dunsmore's luck) me pusieron sin problemas en el siguiente, que todavia me daba tiempo suficiente para hacer la conexion a Bangkok.
Llegue a Melbourne y como todavia tenia tiempo, sali un rato al lugar donde llegan los autos a mirar la ciudad -mal que mal, no se esta todos los dias ahi-, y cambie dolares australianos por Thai Baht, la moneda de Tailandia. Creo que en ese minuto cai realmente y por primera vez que estaba a solo unas horas de ASIA: los billetes de Baht mostraban todos la imagen del rey de Tailandia, que es considerado un personaje intocable y casi sagrado -de hecho, es un crimen castigado severamente el hecho de pisar un billete o una moneda porque significa pararse sobre el rey...-, y caracteres del alfabeto thai, totalmente distinto pero igualmente raro e inentendible que los demas idiomas asiaticos.
Ya en el vuelo hacia Bangkok aparecieron los primeros indicios de Tailandia: la musica de fondo en el avion eran unos canticos tailandeses de monjes budistas y toda la informacion de seguridad del avion, los canales de radio y lo que mostraban en la T.V. estaba en thai, ademas de toda la tripulacion autoctona.
La llegada al aeropuerto de Bangkok fue impactante: como buen "tigre asiatico", el pais demostraba su poderio economico con el tamano de su aeropuerto, modernisimo e inmenso.
Iba con miles de datos e indicaciones de cuales eran los taxis que debia tomar, cuanto me debian cobrar, como debia regatear, etc., pero con el caos que aparecio cuando se abrieron las puertas de ese aeropuerto todas las indicaciones perdieron toda utilidad: 38 grados de calor humedo, gritos en tailandes, miles de caras acercandose a mi y hablandome en todo tipo de dialectos 'thaiglish' inentendibles. No se bien como llegue al stand de los taxis, le mostre la direccion de mi hotel al tipo que atenia, quien anoto un par de caracteres thai en un pedazo de papel, y en menos de 15 segundos estaba adentro de un taxi con un chofer que no entendia ni una gota de ingles. Empezo a manejar al tiro y todos mis planes de regateo y de que no se fuera por la 'highway' se fueron al carajo. Mientras manejaba, yo trataba de sacarle informacion de cuanto me iba a cobrar, trataba de explicarle que no se fuera por la famosa autopista, pero recibia de vuelta puros ruidos guturales y caras de disgusto. Estando en Bangkok de noche, solo, mirando por la ventana una marana de rascacielos entremezclados con edificios sovieticos, propaganda en thai, letreros con imagenes del rey, motonetas, etc., decidi mejor no hablar mas y esperar que me llevara al hotel correcto. Cuando por fin salimos de la carretera, despues de casi una hora de viaje, aparecio realmente lo mas bananero de Asia, ahi mismo frente a mi. No podia creer donde estaba. La calle de mi hotel (que en thai vendria siendo como la version 3 estrellas de un hostal) -como casi todas las demas- no tenia un sentido definido para las pistas, y la calle era compartida indistintamente por transeuntes, taxis, autos normales, autos viejisimos, limusinas y Mercedes-Benz, tuk-tuks, personas acarreando carros con todo tipo de cosas, bicicletas y cuanto medio de transporte imaginable exista. Un caos urbano en su maximo esplandor. Llegar a mi hotel -un edificio al mas puro estilo Dubrovnik- parecia un paraiso. Finalmente el precio que pague por el taxi no fue tanto mas caro que las recomendaciones, pero ya a esas alturas era poco lo que me importaba. En el hotel ya me di cuenta de por que Tailandia es considerada la "tierra de las sonrisas": fui recibido como si fuera una visita importantisima, las reverencias y los wais -un gesto de respeto y agradecimiento que consiste en poner las palmas de las manos juntas como para rezar e inclinar la cabeza al mismo tiempo- abundaban. Hay todo un esquema de lenguaje corporal que hay que tener muy claro porque el mas minimo error puede ser considerado las mas terrible de las ofensas: el wai no se debe responder ni a los empleados de servicio ni a los ninos, y la posicion de las manos debe ser paralela a la nariz, con los codos pegados al cuerpo.
Todo esto es muy loco, porque a pesar de que gracias al turismo todo esta muy "occidentalizado"- en el sentido de que casi todo el mundo algo de ingles sabe y es posible entenderse- este tipo de normas asiaticas son demasiado importantes y rigen la vida diaria.
Despues de dejar mis cosas en la pieza, sali a caminar por Khao San Road, que es el epicentro de Bangkok. Es una calle, que como el resto- es compartida por todo lo imaginable y representa la esencia misma de Bangkok: no queda espacio para un letrero de neon mas, las veredas son incaminables porque estan atestadas de colgadores y repisas ofreciendo todo lo pensable y lo impensable, en su mayoria imitaciones de ropa, relojes y carteras, artesanias locales, ternos y corbatas, hasta vestidos de novia... y mucha, pero mucha comida. Es tanta la actividad que esta pasando al mismo tiempo, en el mismo lugar, en un espacio tan chico y con tanto calor y humedad, tantos ruidos, olores y colores, que los sentidos se ponen a prueba. Es como recibir de golpe un bombardeo de informacion que se hace dificil de incorporar y digerir en tan poco tiempo. Caminar por Khao San Road es como aparecer de repente en otro planeta, en un mundo que uno no imaginaba: es recibir de golpe la mas pura esencia de la Tailandia tercermundista, contrastada fuertemente por la presencia de todo tipo de turistas sacando fotos de todo este espectaculo y la pobreza y miseria mas cruda e impactante, todo al mismo tiempo y a un ritmo aceleradisimo. Inolvidable, impresionante, agotador, sofocante.
Asi como en las veredas esta el espectaculo de las ventas de ropa, en la calle esta el espectaculo de la comida, las motos y los tuk-tuks: miles de senoras venden Pad Thai, un guiso preparado ahi mismo en una especie de wok y que consiste en la mezcla de fideos fritos, pollo, verduras y cashew nuts (nueces de caju?). Por otra parte, las motonetas y los tuk-tuks -una variante de los taxis consistente en una motoneta con un carro anexado, en el que caben hasta 4 personas bien apretadas- andan libremente entremedio de la gente, sin nigun control ni preferencia por el peaton. Ademas hay otros carros vendiendo todo tipo de bichos -larvas, grillos, hormigas- cocinados y otros vendiendo las mas exoticas frutas tropicales. Detras de la locura de las veredas, hay pubs y restaurantes llenisimos de gente -en su mayoria turistas- compitiendo por quien pone mas musica y mas fuerte, y donde el hit son los famosos 'buckets', un balde de plastico que lo llenan con quien sabe que y Coca-Cola.
Esto es heavy: todo, pero TODO es regateable, desde los taxis y tuk-tuks, los puestos de falsificaciones, los carritos de comida en la calle, los restaurantes y pubs, todo es una lucha por conseguir una rebaja. Esto creo que es lo que mas me ha impactado, me cuesta entender que un pais completo y toda una economia sea regida por el regateo y la rebaja constante de precios. Nada tiene un precios fijo, estos son solo un tope, como el maximo al que puede llegar el remate, pero todo se fija en el momento de la transaccion.
Despues de un par de horas ahi ya me costaba incorporar mas informacion y me volvi en un tuk-tuk a mi hotel, agotado fisica y mentalmente.

Day 2: 26 Junio
Me levante temprano y baje a tomar desayuno. Ahi conoci al grupo con el que estoy viajando y a la guia. Somos 15 en total: la guia es tailandesa, 10 ingleses -de los cuales 7 son pakistanies nacidos en UK-, una senora gringa de California, una suiza, una argentina y yo. Tenemos un programa que determina donde pasaremos cada noche, per el resto es libre y cada cual decide que hacer en cada lugar, con quien hacerlo, etc.
Este dia habian varios que queriamos recorrer Bangkok asi que decidimos partir en un grupo de 7 a hacer el mismo recorrido: empezamos por Khao San Road para verlo de dia -mucho mas tranquilo, con menos ruido, sin luces, pero ahora tambien pasaban autos! Hicimos todos algunas compras y mejore considerablemente en mis dotes de regateo: hay una delgada linea que establece el tiempo permitido para sostener un articulo en las manos mirandolo para dejarlo si no se tienen intenciones reales de comprarlo, si este limite es excedido, hay que aprestarse a empezar una guerra de precios con el vendedor -que tomara una calculadora en mano y comezara a mostrarte todo tipo de precios que van bajando de 50 en 50 Baht, te preguntara "jau mach yu pei?" una y otra vez, o simplemente te brindara un buen insulto en tailandes y una cara bien poco amigable-. Simple.
Nos tomamos un tuk-tuk desde ahi para ir a visitar el Grand Palace, el antiguo palacio real de Tailandia. Como se estila, el viaje seria gratis con la condicion de llevarnos a todo el grupo, antes, a un taller de sastreria. Resulta que los duenos de estos talleres -que ofrecen ternos y vestidos- les pagan una comision altisima por llevar a los turistas, tan alta que incluso te llevan gratis en el tuk-tuk con esa condicion. El trato es bajarse un rato, cotizar precios, hacerse los interesados, y luego irse sin comprar nada.
Llegamos despues de un adrenalinico viaje en tuk-tuk por las calles de Bangkok de dia al palacio del rey. Esto es realmente bonito, es como entrar en un cuento y adentro se respira un aire magico: la arquitectura thai, los templos, las estatuas, los buddhas, todo dorado, naranjo y verde, otra vez, como estar en otro planeta, algo totalmente diferente a cualquier cosa conocida.
Es un complejo tan grande, que aentro de las murallas del palacio hay tambien otros templos budistas. Fui a Wat Phra Kaew, el templo del Emerald Buddha y despues a Wat Po, el templo del Reclining Buddha, los dos increibles y completamente irreales. En todos los templos, y tambien en el palacio del rey, hay que seguir estrictas reglas para poder entrar: se prohiben los shorts y las poleras sin mangas, y hay que dejar los zapatos afuera para entrar a cada uno. Estos templos no son solamente lugares donde van los turistas, estan totalemente operativos y en todos hay gente comun y corriente llendo al templo a rezar y muchos monjes en meditacion, algo muy surrealista.
Desde ahi nos fuimos tomar un "ferry"- que en Tailandia son todos tipo 'longboat', de madera, bien largos como si fueran una canoa, y con un motor fuera de borda muy prehistorico. Hicimos un recorrido por el Chao Phraya River, el rio que atraviesa Bangkok, donde una vez mas vi los contrastes de la ciudad: por un lado los rascacielos y hoteles del barrio financiero, y por otro, la pobreza y la miseria a orillas del rio.
De aqui nos volvimos al hotel a agarrar las mochilas y partimos rumbo a la estacion de trenes a tomar el tren hacia la provincia e Krabi, en el sur de Tailandia. Si Bangkok ya era un caos, la estacion de trenes lo era aun mas. Nos subimos al tren que debe haber tenido 200 anos de antiguedad. Pero nos llevamos una buena sorpresa al entrar. Una vez mas, el servicio tailandes de primera, a pesar de que viajabamos en '2nd class', nuestros asientos se transformaban en cama, que te las venian a hacer especialmente, con sabanas y almohadas impecables que venian selladas en bolsas plasticas y podiamos pedir comida thai a la carta que te la traian al asiento. El viaje estuvo increible, dormi perfecto a pesar de que el tren se movia harto y de que durante toda la noche pasaron vendedores ambulantes que gritaban anunciando sus productos en tailandes y que el tren paraba cada 5 minutos, el agotamiento psicologico de Bangkok me habia pasado la cuenta.

Day 3: 27 Junio
Desperte temprano en la manana con la llegada a Surat Thani, la estacion donde teniamos que bajarnos y tomar el bus que nos llevaria a Ao Nang. Ya llegando a esta estacion pude ver que estabamos muy lejos del caos urbano de Bangkok, en un area mucho mas rural. Llegamos a Ao Nang ("ao" significa "playa"), un pueblo en costas del Mar de Andaman, en la costa Oeste de la penisula. A diferencia de Bangkok y su locura, aqui se respira un relajo 'chill-out' impresionante. Es mucho mas turistico y se nota, siendo un pueblucho perdido en el mapa, tiene un McDonalds, un Burger King, un Starbucks, y la comida thai escasea. Igual esta lleno de tuk-tuks y en las calles hay miles de agencias de turismo ofreciendo todo tipo de actividades por ser este lugar el punto de partida para viajar a las islas del Oeste. Ya desde el bus en camino a Ao Nang y despues desde la ventana de mi pieza en el hostal, podia empezar a ver las costas con acantilados de roca tupidos de vegetacion verde, y los penones de roca saliendo del agua como torres a un par de kilometros de la playa. Despues de ducharme y almorzar, sali a recorrer el pueblo y la playa y a disfrutar con las vistas increibles de las islas desde la playa. El calor es todavia mas fuerte que en Bangkok y el sol pega fuerte, pero como estamos en epoca de monsones, en las tardes llueve torrencialmente y el calor algo baja. La bahia de Ao Nang esta llena de longboats anclados, cada uno con una especie de panuelos de colores que cuelgan desde la proa y con banderas de colores. Todo esto, mas el hecho de que las playas son paradisiacas y la costa llena de acantilados, crean un espectaculo del cual es dificil aburrirse.

Day 4: 28 Junio
Me levante temprano y partimos en una camioneta rumbo al embarcadero de Ao Nang para tomar un 'speedboat' -un lanchon con proa abierta y dos motores fuera de borda con capacidad como para 15 personas- rumbo a 3 de las islas. El viaje hacia las islas, pasando por al lado de estos penones de roca daba la sensacion de estar llendo a la isla de "Lost". Paramos en 2 lugares a hacer snorkelling, que estuvo increible! El agua de un color turquesa impresionante, no tibio... CALIENTE! Lleno de miles de millones de pescados de los colores mas raros y corales de todos los tipos y formas que existen, y todo esto rodeado de un paisaje de pelicula, con los acantilados de roca al lado, saliendo desde la superficie del agua. La parada mas esperada era en Ko Phi Phi ("ko" significa "isla"), donde hace 5 anos fue donde mas fuerte pego el tsunami. La verdad es que del tsunami no queda ninguna huella, y al menos la parte turistica ya ha sido reconstruida completamente (aunque me imagino que no asi el resto de la isla que no vimos). Todo lo que pueda decir es poco para describir el paraiso natural que son cada una de estas islas. Ni siquiera las fotos son suficientes para representar lo que se ve estando ahi en persona (ademas que justo en Phi Phi me quede sin pilas en la camara y no pude sacar muchas fotos que me hubiese gustado tomar).
Despues de almorzar en Ko Phi Phi fuimos a Monkey Bay -bien original el nombre- que es una playa infestada de monos, que se han tomado el lugar y viven como si fueran una civilizacion. Los alimentamos desde el bote con frutas tropicales y pan. Hicimos un par de paradas mas de snorkelling y de ahi paramos en una tercera isla, Bamboo Island, a pasar el resto de la tarde en la playa. El mar calculo que debe haber estado a unos 28 grados, era como estar en una tina de agua caliente.
Fue un dia en el paraiso, inolvidable.
Las comunicaciones en este pais son del siglo pasado. A pesar de que hay computadores con internet, la conexion es lentisima y llamar por telefono publico es -una vez mas- como estar comprando diamantes africanos, cosa que nos han prometido mejorara en Malasia, el proximo pais de la travesia.

Day 5: June 29
Hoy fui con algunos del grupo a hacer un recorrido por la selva tailandesa montando elefantes! Cada elefante tenia una montura para 2 personas sobre el lomo y un jinete tailandes que iba montado sobre el cuello o sobre la cabeza del elefante, dando las instrucciones y guiandolo con 'elephant talk' y un palo en la mano. Que puedo decir... otra experiencia unica. Despues de terminar el recorrido, llegamos a un rio en donde nos podiamos banar y tambien vimos banarse a los elefantes, tirandose agua encima con las trompas y jugando entre ellos, que animales mas raros y curiosos, nunca los habia podido mirar y apreciar con tanto detalle.
El resto del dia fue de relajo en la playa en Ao Nang, disfrutando con calma del paisaje en mi ultimo dia en Tailandia. Camine a otras playas cercanas y nos dimos un masaje tailandes en la playa, debajo de unos techos de totora.

Manana parto temprano con rumbo a Malasia, asi que sera un dia de viajes en buses hasta llegar a Penang, la primera parada. Han sido dias inolvidables en Tailandia, es un pais tan rico culturalemente que siento que he conocido solo una minima parte, pero ha sido una muy buena introduccion a la realidad de Asia, donde todavia me cuesta creer que estoy.

Hasta la proxima, khawp khun ka!

miércoles, 24 de junio de 2009

Mission Accomplished

MISIÓN CUMPLIDA!
Hoy terminó mi intercambio en Sydney.
145 días desde que pisé este lugar por primera vez, hoy fue el último como habitante de la ciudad.
A partir de mañana empieza la siguiente etapa de la aventura -mi esperado viaje al Sudeste de Asia- y este blog, más que un blog 'de intercambio', se convierte en un espacio donde iré relatando esta travesía por el continente amarillo, y más delante, por la isla del demonio de Tasmania.
Una vez más las emociones son muchas y los sentimientos encontrados.
Pero la sensación que prevalece en estos momentos es la satisfacción enorme de sentir que he llegado a la meta, la misión está cumplida! Mucho más y mejor cumplida de lo que alguna vez me imaginé! Misión cumplida porque si bien es cierto que parece imposible aburrirse o cansarse de este estilo de vida irreal y lleno de emociones y sensaciones nuevas cada día, en el fondo estoy tan pero tan agradecido de todo y siento que esta experiencia me ha dado ya tantas lecciones, que ya es tiempo de volver, y seguir viviendo con todos los aprendizajes y las conclusiones que he sacado en estos meses fuera de Chile, y alejado físicamente -nunca de otra manera- de quienes más quiero, las personas que finalmente son las que le dan sentido a mi vida. Pienso que si esto no fuera tan corto e intenso como es, entonces no sería lo mismo.
Misión cumplida porque me siento en paz con todo lo que he hecho y vivido durante mi intercambio, creo no arrepentirme de nada y siento la satisfacción de haberle sacado el jugo a todo; me llevo de vuelta experiencias y vivencias increíbles -que quedarán en mi memoria para siempre y que me acompañarán siempre en las decisones que deba tomar en el futuro, enseñándome ojalá a enfrentar de la mejor manera las pruebas que me presente la vida-, viajes espectaculares -que me han permitido conocer lugares del mundo que jamás imaginé conocer y que me han enseñado que a pesar de las distancias, los climas, las banderas, al final somos todos tan parecidos-, y grandes amigos -que han sido como mi familia durante este tiempo y con quienes espero reencontrarme apenas sea posible-.
Creo que serán el tiempo y la vida futura quienes me entregarán mayor claridad con respecto a estos aprendizajes y una vez fuera de este contexto tendré una mejor perspectiva de lo que he aprendido y me daré cuenta de qué es lo que realmente más valoro y echo de menos de mi intercambio. Pero a pesar de esto, lo que siento hoy es que para mi la misión está cumplida, y estoy feliz y agradecido por eso :)
La última semana en Sydney fue intensiva en estudio para mi examen, disfrutar de Coogee -mi barrio durante este último período-, visitar los últimos lugares que tenía pendientes de Sydney, despedirme de mis amigos y terminar de planificar los viajes que empiezo mañana.
Fueron días tranquilos pero llenos de emociones. A la vez, distintos. Viviendo en otro barrio, en otra casa -que ya no sentía como 'mi hogar'-, sintiéndome semi 'homeless', con todas mis cosas ya embaladas en maletas, sin tener que ir a clases a la universidad, pero teniendo que estudiar al mismo tiempo, con muchos de los amigos exchange ya partiendo de vuelta a sus países o a sus propios viajes finales, o sea, que sin verlos tanto, viviendo un poco más 'por mi cuenta', y a la vez, sintiendo la ansiedad de que Sydney ya se acababa pero empezaba esta última etapa tan esperada e increíble! Igual es raro y como que todavía no caigo en que de verdad Sydney se acabó... raro porque las etapas se han ido quemando de a poco... terminar la universidad y mudarme de mi casa ya había sido un poco el fin de una etapa importante de mi vida en Sydney, y ahora se termina esta parte de Sydney que fue un poco distinta, pero a la vez sé que vuelvo dos veces más durante Julio, una vez antes de partir a Tasmania, y la otra antes de volver definitivamente a Chile, lo que me hizo posponer una y otra vez la despedida definitiva de este lugar. Hoy ya no pude postergarla más, y tal como lo hice el 3 de Febrero en mi primer día en Sydney, caminé por última vez por George St., desde mi hostal en Central Station hasta Circular Quay, y me despedí de todos mis íconos aussies que voy a llevar siempre en mi memoria como testimonio de esta espectacular etapa de mi vida.
Gracias a todos los que me han acompañado de una u otra forma durante estos meses. Valoro infinitamente todo su cariño y no tengo palabras para agradecerles. Los llevo a todos siempre conmigo.
Y bueno, llegó la hora... aunque me cueste:
Farewell Sydney!!

lunes, 15 de junio de 2009

Living the life in the Gold Coast + Enjoying Coogee


El fin de semana pasado, Australia celebró los 83 años de The Queen. Y con eso, un esperado fin de semana largo, un bien muy preciado y escaso en el calendario aussie. El cumpleaños de Doña Elizabeth en realidad es en Abril, pero se celebra tradicionalmente en esta fecha, un dato que hace que los australianos 'separatistas' y anti monarquía tengan más argumentos para querer desligarse de la señora, que aparte de aparecer en el billete de $5, no es mucho lo que influye por estos lados. Todos los diarios y programas de televisión -dato freak: primera vez que veo TV en los últimos 5 meses, como que se me había olvidado que existía- le dieron como caja al tema.

El día de la mudanza de mi depto. me despedí de mis flatmates Enzo y Elena, vendí algunos bienes muebles con altas rentabilidades, nos tomamos las últimas fotos de despedida, le entregué mis llaves a mi landlord Eric y me fui en taxi a dejar mis maletas al depto. de Jillian en Coogee, antes de partir al aeropuerto con Marco ,a encontrarnos con Sebastien y Helene para partir por el fin de semana largo y parte del "study" period de UNSW a Gold Coast. En UNSW dan este 'break' de una semana libre entre el último día de clases y el inicio del período de exámenes. Por supuesto, como buenos exchange, nos fuimos de viaje mientras los aussies locales se quedaron estudiando... ahora entiendo tan bien a los gringos de intercambio en la UC que se iban a la Isla de Pascwa o a la Patagownia justo antes de las semanas de pruebas mientras los alumnos chilenos perdíamos años de vida estudiando... al parecer son los beneficios de la vida exchange.

Cuando ya estábamos sentados arriba del vuelo camino a la pista para despegar, de repente se volvieron a prender las luces y avisaron por alto parlante que volveríamos al terminal por "asuntos operacionales", ajáaaaa... eso de temas operacionales siempre huele a 'bullshit', y en efecto lo era... nada de problemas operacionales: apenas llegamos de nuevo a la manga dieron la orden de permanecer sentados con cinturón puesto, se abrieron las puertas del avión y se subieron un team de por lo menos 7 pacos aussies armados y con chaleco anti balas que pasaron corriendo por el pasillo hacia la cola del avión. Como se imaginarán, la gente se exaltó sólo un 'poco', nadie sabía lo que pasaba, la gente se paraba, miraban hacia atrás, preguntaban qué pasaba a las azafatas y éstas se hacían las desentendidas, las señoras llamaban por celular a despedirse de sus familiares por última vez... una locura... y mientras yo miraba toda esta escena sin poder creer lo que estaba pasando (nos había tocado en asientos separados a todo el grupo), pero con el escepticismo necesario como para no tomármelo tan en serio. Al poco rato y después de varias carreras de azafatas que corrían en todas las direcciones por el pasillo, pasaron de vuelta los 'aussie cops' con 3 pasajeros con pinta de maleantes y esposados, para bajarlos del avión. Después de esto -y con una hora de atraso- volvimos a la pista de despegue, y sin ninguna explicación de lo que había pasado llegamos finalmente y sin más problemas al aeropuerto de Coolangatta.





Gold Coast no es un pueblo, sino que es toda un área de la costa Este de Australia y que abarca el norte de New South Wales y el Sur de Queensland. Esta zona es famosa por tener las mejores playas para el surf y es un destino turístico veraniego muy popular para las familias australianas. El único aeropuerto del área está en Coolangatta, un pueblucho sin mucho brillo más que sus buenas olas surfer. Esto era algo que el marketing Lonely Planet maquillaba muy bien, pero ya teníamos pagadas 2 noches de hostal ahí así que teníamos que quedarnos. El hostal era de la cadena YHA, que en el mundillo 'backpackers hostel' es como un sello de calidad que te asegura un lugar limpio y con buenas instalaciones... pero JUSTO éste era la excepción de esa regla... más que un hostal, parecía un albergue para los homeless del pueblo. En nuestra pieza habían 2 viejos que parecía que llevaban viviendo ahí un buen tiempo, porque poco les faltaba para tener cocina propia y living-comedor adentro de la pieza. Se encargaron de retarnos cada vez que entrábamos a buscar algo a las mochilas y nos hicieron saber que no aceptaban que prendiéramos la luz para ubicarse en la pieza antes de acostarnos. Por suerte, justo durante el fin de semana había un festival de Rock&Roll en el pueblo, o más que sólo R&R, era como un homenaje a los años '60s y por lo que pudimos investigar, atraía a gente de todas partes de Australia, un gran evento. El pueblo estaba lleno de autos antiguos expuestos en todos los parques, en todas las calles y en el parque en el borde de la playa, y junto con eso, escenarios donde varios grupos tocaban música, una feria de juegos tipo Mampato, varias plataformas especiales donde la gente bailaba y miles de kioscos donde vendían todo tipo de comidas. Era un espectáculo ver a todos estos personajes pelando el cable con la onda sesentera, vestidos especialmente para la ocasión y totalmente inmersos en la época, realmente era como estar ahí, viviendo los '60s.




Luego de pasar un día completo en Coolangatta, pasamos a buscar nuestro auto arrendado y nos fuimos hacia el sur, a Byron Bay. Este lugar sí que se pasó! Además de la playa increíble, la arena blanca, el agua tibia, el faro, las preciosas vistas a la distancia de los cerros verdes llegando hasta la orilla del mar y los atardeceres de película, el pueblo tiene un encanto particular que lo hace único. Como dicen los australianos, esa "vibe" (onda), se siente desde el minuto que uno llega: las calles son chicas y angostas, casi no se ven autos andando por las calles por lo que no existen los cruces para peatones, la gente camina libremente por las calles y los autos deben esperar. Hay miles de cafés y restoranes chicos, nada es masivo y cada lugar tiene alguna gracia que invita a quedarse. El 50% del comercio está basado en centros que ofrecen todo tipo de terapias y tratamientos alternativos que prometen curar del estrés y el cansancio, centros de yoga, meditación, etc., todo con una onda esotérica laid-back pero en un estilo bien lounge y no hippie como el Valle del Elqui, por ejemplo. Y todos los restoranes y cafés ofrecen en sus menús platos basados en ingredientes orgánicos y eco-friendly. Gus, tú hubieras gozado aquí, porque además esta onda se entremezcla con el surf y la filosofía 'no worries, mate!' en su máximo esplendor. En este lugar está además Cape Byron (donde está el faro), que es lugar más al Este en continente australiano, o sea, el lugar donde pude estar más cerca de Chile, estando parado en Australia!


El hecho de que todo era más bien lounge también se reflejaba en nuestro "hostal": teníamos una pieza para los 4 en una especie de Apart Hotel que encontramos en internet con una promoción de última hora, a la orilla del mar, con la playa en el jardín, literalmente. Es cierto que después del hostal de Coolangatta cualquier cosa podía ser mejor, pero de verdad esto estaba totalmente fuera de nuestras expectativas, o al menos de las mías. Porque igual mis compañeros de viaje como que estaban acostumbrados a las costas azules francesas y las temporadas estivales sicilianas, así que igual de repente mi entusiasmo por este tipo de cosas dejaba entre ver mis orígenes latinoamericanos! En general, esta etapa del viaje fue a un nivel muy superior al que yo ya me había acostumbrado en mis viajes mochilero-style comiendo sanguruchos de mortadela en las veredas, fue una especie de mochileo estilo europeo, bien bien poco redneck.


Fueron días de relajo total y tranquilidad máxima en la playa, donde de verdad pudimos descansar mucho, justo lo que necesitábamos después de un semestre tan "estresante" en UNSW, jajajaja! No, pero fuera de bromas, fue un viaje de verdad muy ameno, tranquilo, donde podíamos disfrutar bien de cada lugar sin tener que andar corriendo y sin apuros, pudimos aprovechar la playa, bañarnos en el mar y alejarnos por algunos días del frío de Sydney, el cual yo había subestimado... en Sydney HACE frío! Como grupo nos supimos entender muy bien y todos andábamos 'en la misma parada', por lo que tomar decisiones no costaba nada y todos queríamos hacer más o menos lo mismo. Fue una super buena oportunidad para reencontrarme con estos amigos del principio del intercambio que por viajes de unos u otros y 'topes de agenda' no nos veíamos hace tiempo y fortalecer una muy buena amistad, mal que mal, los amigos acá pasan a ser como tu 'familia del intercambio'.



El último día decidimos irnos más o menos temprano de Byron Bay para alcanzar a ir de nuevo hacia el Norte y conocer Surfers Paradise, una ciudad que por su nombre -que parece el nombre de un parque de diversiones de Disney- y por dárnoslas de mochileros shuper alternativos, no nos había llamado la atención conocer, priorizando los pueblos más chicos. Pero desde Coolangatta el primer día habíamos visto el skyline de la ciudad a la distancia y se veía impresionantemente grande y moderna, por lo que decidimos darle una oportunidad el último día. Fue como llegar a Miami Beach, una Australia muy diferente a la que había conocido hasta ahora, al menos al estilo pueblerino y rural de las demás localidades de la zona. Es como si hubiesen decidido construir todos los rascacielos de Australia en el mismo lugar, uno al lado del otro, a la orilla del mar. Esta ciudad acumula todos los resorts y hoteles donde los australianos vienen a pasar sus vacaciones de verano, y es además el Orlando aussie, con una alta densidad de montañas rusas y toboganes de agua por metro cuadrado. Fue interesante conocerla porque es una ciudad muy diferente a la típica ciudad australiana, mucho más parecida a las ciudades gringas, y sin el encanto de los pueblos chicos como Byron Bay.




La vuelta a Sydney fue un poco distinta a mis anteriores 'vueltas a casa'. Esta vez no llegaba a mi depto. de siempre, sino que a mi nueva vida en Coogee, de "allegado" en el depto. de Jillian. A pesar de que estaba todo conversado y yo hasta tenía llaves para entrar, igual toda la situación me complicaba un poco porque en el fondo yo llegaba a invadir la casa de un australiano que vive todo el año aquí, a vivir en su casa, a usar su cocina, su baño, sus platos, etc. Los primeros días ni siquiera lo vi porque estaba enfermo y no salía de su pieza, por lo que era aún más raro sentir que estaba viviendo en la casa de alguien, sin ni siquiera haber dicho "hola, llegué...". Ahora la situación ya está más normalizada porque ya hemos hablado un par de veces y es un buen tipo, pero yo todavía me estoy acostumbrando a esto de vivir en 'casa ajena' y con menos independencia que la que tenía viviendo en mi otra casa. Es rara la situación porque es como si yo estuviera 'de invitado' en la casa, pero donde el dueño es un total desconocido, no sé si se ilustra el asunto... y las conversaciones son del tipo 'hablar para sobrevivir', medias forzosas con frases como "hace frío hoy, eh?"... jajaja! Pero bueno, me río sólo de estas cosas y sé que son parte del cuento, así que decidí no hacerme problemas y aplicar filosofía 'de ahí veeeeeemos'.


El hecho es que estoy feliz viviendo en Coogee, me encanta este barrio, esta playa y me siento 'como en casa' aquí. Todas las mañanas salgo a caminar por el sidewalk a la orilla del mar y cada día gozo más con lo bonito del barrio y la playa, con las calles en los cerros, con el estilo de vida de los australianos trotando, surfeando y nadando en el mar aunque estemos en Junio! Me encanta ver cómo la gente goza y aprovecha su barrio y su ciudad a concho. Y yo trato de hacer lo mismo cada día. Me compro algo para almorzar y me siento en las escaleras de la playa con mi música a simplemente mirar y asombrarme con todo, cómo cambia la vida vivir a pasos del mar :) Santiago debería estar en Valparaíso...!



Estos días han sido como los primeros días en Sydney en febrero, en el sentido de que no tengo universidad y ando como de vacaciones turisteando por ahí, pero con la diferencia de que ahora sé dónde estoy parado, tengo mis lugares favoritos donde ir, y puedo disfrutar de todo mucho más que al principio, sobretodo porque ahora cada vez que veo algo o estoy en un lugar de la ciudad pienso que quizás ya sea la última vez que vea o visite antes de volver a Chile. Son mis últimos 10 días viviendo de forma estable en Sydney. Han sido días bien entretenidos. Después de llegar de Gold Coast mis flatmates de la casa antigua me tenían organizada una comida oficial de despedida en la que cada uno preparó un plato típico de su país: Enzo y Marco prepararon una pasta bolognesa, Magda unas hamburguesas polacas con puré, Elena un guiso ruso de carne con cebolla, Sebastien y Helene que también fueron hicieron un 'gâteau chocolat', y mi flatmate árabe había comprado una torta para todos. Yo preparé bistec a lo pobre. Fue super emocionante ver que todos se hubiesen preocupado tanto y le hayan puesto tanta dedicación a hacerme una despedida, porque no me lo esperaba. En general, estos días me he dado cuenta de lo mucho que voy a extrañar a mis amigos exchange, y parece que a todos les está pasando porque nuestras conversaciones son todas del tipo "cuando vayamos a Chile..." o "cuando yo los vaya a ver a...", haciendo planes para nuestras futuras reuniones en distintos lugares del mundo.




Me he dedicado a seguir conociendo lugares de Sydney que todavía me faltaban por conocer: fui a visitar la University of Sydney, que había sido otra de mis opciones para el intercambio y que es la más antigua de Australia. Nada que ver a UNSW, con edificios antiguos tipo Casa Central versión aussie, muy chora. También fui a recorrer Paddington, un barrio de Sydney tipo Notting Hill, lleno de parques, galerías de arte y con puras casas de las que me gustan a mi, esas pareadas con los balcones y porches de fierro. Y también fui a ver el último día del light show en el Opera House. Y así, cada día aprovechando que ya no tengo que ir a clases -ni ponerme a estudiar todavía- me agarro alguna micro y parto a explorar algo nuevo. Por ejemplo, mañana vamos a ir con mis amigos a comer a un restaurant chileno que se llama "La Picada de Colo-Colo" en las afueras de la ciudad, y que descubrí en una revista para latinos que circula por Sydney.



En lo último de las conexiones transatlánticas, conocí a Elise, una australiana buena amiga de Lora de su intercambio en Bocconi, e hicimos un llamado oceánico que de nuevo hizo temblar a la oficina RAI y las tías del intercambio.


En eso estoy por ahora, gozando cada minuto al máximo de lo que me queda en Sydney, "haciendo hora" para mi examen de Australian Economic Development, y preparándome para mi SouthEast Asia Trip que está cada vez más cerca!

Sé que en Chile están de fiesta con la famosa gripe porcina, qué locura! Acá en Australia casi no se habla ya del tema... Para mis amigos y mi novia preciosa que ya terminan el semestre, mucho ánimo, falta poco para las vacaciones y para vernos de nuevo. Los quiero mucho y los echo (mucho) de menos! Un abrazo gigante! :)






























jueves, 4 de junio de 2009

Graduating and Moving Out



Hullo everyone!


Y aquí estamos... hoy tuve mi última clase y di mi última prueba en la universidad. Me 'gradué' de UNSW! Bueno, técnicamente no todavía porque todavía me falta dar mi único examen a fines de Junio, pero el hecho es que hoy fue mi último día como alumno, con un horario y con ramos a los cuales ir a clases.


Mañana embalo mi casa completa, mi depto. que por 4 meses fue mi 'hogar' se cierra y queda vacío: descuelgo de las paredes mi calendario, mi bandera chilena, mis fotos y todos los recuerdos que me acompañaron durante este tiempo, en mis momentos de soledad, de echar de menos, pero también en mis momentos de alegría, de felicidad pura.


Cierro una etapa importante de esta aventura, porque si bien estaré llendo y viniendo a Sydney en las próximas semanas, siempre será de paso y ya nunca más a vivir en mi casa, a mi vida como alumno de UNSW como fue hasta hoy. A partir de hoy empieza la última etapa de esta travesía: me lanzo a descubrir lugares del mundo que jamás pensé que pisaría alguna vez en mi vida.


Durante los últimos días ha habido también un clima de 'despedida' entre mis amigos del intercambio y también entre mis flatmates. La gente ya percibe que el final está (muy) cerca y que a partir de mañana ya todos tomamos rumbos diferentes, viajes distintos y que ya hay que empezar a despedirse. De hecho mañana tenemos el evento "Farewell Sydney" que organiza la oficina de intercambio: el último evento oficial como exchange students de UNSW que aparecía en el calendario de actividades que nos pasaron en Febrero y que en ese entonces parecía estar tan lejano, es mañana.


La semana pasada me despedí también de mi 'landlord' Peter porque se iba de viaje, me despedí de Jillian que tuvo que partir anticipadamente a USA y de los pocos real aussies que conocí en mis ramos. Los ramos se fueron acabando de a poco (con aplausos para cada uno de los 'lecturers' al final de la última clase) y luego de un par de días de enclaustramiento frente al computador, finalmente terminé y entregué los temidos 'essays' finales!


Qué locura! Casi un año planificando esto, 4 meses viviéndolo y de repente ya es parte de mi historia... el tiempo sigue un curso paralelo en estas circunstancias de la vida, pero también las vivencias y anécdotas se graban de una manera diferente en la memoria. No son sólo hechos dispersos los que hacen de esta experiencia algo inolvidable, es la suma de todos ellos y la propia y personal manera de enfrentarlos y de vivir paso a paso este proceso, la que me ha marcado para siempre.


Mirando ahora hacia atrás desde que llegué a Australia, veo todo lo que este viaje me ha enseñado y se me hace difícil poder expresarlo en palabras. Sin duda que he aprendido a valorar como nunca todo lo que dejé atrás en Chile, a conocer y convivir con personas diametralmente opuestas a mi y aceptar ideas muy diferentes a las convicciones que a mi me forman como persona, a darme cuenta que sea donde sea hay que sentirse orgulloso por defender lo que uno piensa y valora, a convivir conmigo mismo día y noche, a darme cuenta que en Chile, en Sydney, en castellano, en inglés o en italiano, uno sigue siendo uno mismo... pero por sobre todo, lo que más rescato de todo este aprendizaje es una sensación increíble de 'self-confidence', algo así como entender que todo es posible y si uno se propone las cosas, entonces se pueden lograr... depende de uno mismo, pero se puede! Es una sensación fuertísima de confianza en uno mismo, de sentirse 'empoderado' (no sé si así se dice, pero es la mejor manera de describirlo) para vivir la siguiente etapa de la vida.


Terminar esta etapa de intercambio en UNSW es fuerte para mi porque significa el cumplimiento de una etapa que me ha marcado y la llegada a la meta de un objetivo que planifiqué por mucho tiempo como un sueño por los últimos años. Pero llegar a una meta significa también encontrar una nueva, y qué mejor que buscarla sintiéndose de esta manera!

Las últimas semanas como exchange student estuvieron bien cargadas al estudio y a los trabajos, pero también pude darme algunos lujos de turista por ahí: fuimos al cine a ver Angels and Demons, a ver el show de luces del Opera House (iluminan el techo de colores, con los cuadros de un artista aussie), y a ver la exposición de World Press Photo en la State Library of NSW. Por otra parte, he estado conviviendo y compartiendo harto con mis flatmates. Con Enzo nos hemos hecho bien amigos, luego de pasar 2 meses comunicándonos por señas o simplemente permaneciendo en silencio, decidí desenpolvar mis clases de italiano y hoy por hoy nos comunicamos y reímos (qué importante es poder llegar a 'reír' en un idioma extranjero!) fluidamente. Otra locura... cuándo me hubiese imaginado que durante mi intercambio a Australia me vendrían a ser útiles esas clases de italiano de hace 3 años! También hay nuevas novedades para el último capítulo de 'Coincidence Shits': Magda, mi flatmate polaca resulta que es amiga de Solly (la amiga exchange de Laura-en-Milano)! Ajá, sí sí... las conexiones transatlánticas siguen achicando el mundo... Y mi nuevo flatmate italiano, Marco, se incorporó a mi viaje de este fin de semana a Gold Coast (otra prueba de que los planes en el intercambio valen hongo: mi viaje original a Gold Coast con Jillian, terminó siendo -sin cambios de pasajes de por medio- un viaje a Gold Coast y Byron Bay con una pareja de amigos franceses y un nuevo flatmate italiano!)Recuperé mi bicicleta! No la había podido usar por las últimas dos semanas porque se me había roto la llave del candado tratando de abrirlo y me había quedado con la bicicleta pegada al poste del garage de mi casa. Pero hace unos días Eric, el papá de mi landlord, un viejo de Chipre muy simpático, y que ha sido incapaz de aprenderse mi nombre en 4 meses, me abrió la cadena con un serrucho...


Hace unos días y en medio de la nostalgia que me empezó a dar pensar en dejar Sydney y en el término de esta etapa, me puse a escribir todas las cosas que iba a echar de menos y que no quería olvidar de mi vida en aquí, en mi casa, como alumno de UNSW, como fue hasta hoy. Puede que muchas de ellas no les hagan sentido, no se entiendan o hasta parezcan irrelevantes... muchas de ellas son cosas que en otro contexto podrían ser insignificantes, pero que para mi representan mi intercambio, y que llevaré para siempre en mi memoria como recuerdo de esta espectacular etapa de mi vida:


- Mi casa en 179 Anzac Parade, la puerta del lado derecho con el timbre malo y mi manojo de llaves con la huincha de WakeUp! Hostel que nunca dejé de usar.

- Subir las escaleras de mi casa, llegar a mi pieza, mirar cada día las fotos en mis paredes, el árbol que veo por mis ventanas (que se abren hacia arriba con cordeles) y mis vecinos con su cementerio de lavadoras y secadoras.

- El calendario de la basura y cómo cada flatmate dejaba su firma en el día correspondiente.

- Encontrarme cada día con Enzo en la cocina con su característico Ciao Robert! y hablar y reír en italiano.

- Mi bicicleta, estacionada debajo del garage, sacarla cada mañana, ponerme mi música y partir a la universidad, entrar por University Mall y asombrarme cada día por lo increíble que es todo, y por verme a mi mismo inserto en esta realidad, siendo un alumno de intercambio en Australia. Devolverme a mi casa en las tardes por el mismo recorrido, con mi música de nuevo y viendo el atradecer mientras bajo 'los cerros' de UNSW.

- El Happy Convenience Store al lado de mi casa, con Lin, la señora china que lo atiende y su infaltable "tú dóllar, fenkyuuuuuuu".

- Revisar mi mailbox cada día con las puertas metálicas (y encontrarme más de alguna vez con alguna sorpresa inesperada!)

- La infinidad de restoranes en Anzac Parade, con las comidas más raras y cosmopolitas del mundo: vietnamese, malayan, indonesian, portuguese, chinese, singaporean. Mi favorito y donde comí durante todo el primer mes: Portogali, y mi Chicken Focaccia with baked veggies.

- Hacer las compras en el supermercado chino o en Coles y comprar carne de kangaroo así de simple como si estuviera comprando mortadela.

- Ir a Coogee e impresionarme cad vez con lo bonito del barrio, las araucarias, el mar y la playa.

- Vivir tan cerca del mar!!!!

- Esperar la micro en mi paradero y mirar a todos los personajes que pasan por la calle o que esperan micro.

- Gozar con cada andada en micro, escuchando música, escribiendo en mi libreta o simplemente mirando e impresionándome una vez más por todo.

- Mis amigos! Las aventuras urbanas y turisteos por Sydney con Will, los field trips con Ivel, los múltiples paseíllos exchange, al cine, al Opera House, los pub-crawls, festivales y viajes con Jacopo, Kevin, Jillian y tantos otros.

- The city! Ir desde Kensington al centro y sentir cada vez, que entro en una película, no dejar de asombrarme cada vez que veo el Opera House y el Harbour Bridge y toda la actividad de Circular Quay, con ferries entrando y saliendo, turistas por todos lados, aboríegenes tocando música en el suelo con los didjeridoos...

- Los viajes en ferry. Los paseos a Manly, la actividad náutica por todas partes, los atradeceres en Sydney Harbour a la vuelta.

- Las casas típicas australianas, pareadas y con balcones y rejas de fierro con miles de detalles.

- Los nombres en casas y edificios.

- Las calles y barrios completos con veredas 'con techo' (aleros) sobre ellas.

- Los hotelesNOT en todas las esquinas (que no son hoteles, sino que pubs/bares).

- El techo con dibujos antiguos de mi pieza.

- Hyde Park, sus edificios antiguos, ir a misa a la catedral y caminar por el parque de noche, viendo a los guarenes ya los possums corriendo por ahí en la mitad de la ciudad!

- La biblioteca de UNSW, la sala de computadores y el piso 10 desde donde puedo ver todo Sydney a la redonda.

- Bondi Junction, la feria de los domingos donde venden empanadas de pino, quedarme horas leyendo libros en Borders y esperar la micro en la estación.

- Caminar por el Quad Lawn o el Library Lawn a la hora de almuerzo y mirar a la gente caminando como hormigas para todos lados y a los múltiples activistas de cuanta causa exista gritando y entregando panfletos o regalando almuerzo y donuts.

- Comer comida hindú (butter chicken con basmati rice y un garlic naan) al menos una vez a la semana.

- Frappuccinos java chip y caramel slices en mi Starbucks de Circular Quay.

- Trotar por Centennial Park y por Anzac Parade.

- Ir a misa en inglés y a iglesias distintas cada semana.

- Hacer el laundry en la máquina que no lava, y colgar mi ropa en el 'quitasol sin forro' del balcón de mi casa. Ahora más recientemente, llevar la ropa sucia al laundromat chino y comunicarme por señas para explicar que es 'only washing and drying, no folding' (tri extra dóllar).

- Saludar a Eric en la entrada del Parade Lodge mientras mira cómo pasa la gente por Anzac Pde., ir a cambiar mis sábanas todos los viernes y que me pregunte cada vez cúal es mi nombre!

- Las charlas de los miércoles y demás actividades con la Catholic Chapliancy, Ana María y Cecilia, las fraternas sodalicias.

- Sentarme a almorzar en el Corona Coffee y ver gente que conozco pasando por las calles de mi barrio (otros chilenos, mis flatmates, amigos exchange).

- Cocinar y sentarme a comer con mis flatmates, y aprender de países tan distintos como Malasia, Indonesia, Rusia, Polonia, Italia, Francia o los Emiratos Árabes, pero darme cuenta al final que somos todos tan parecidos en esencia!

- Escribir en mi blog, andar con la cámara en el bolsillo y sacarle fotos a TODO, escribir, escribir y escribir... diario, postales, blog, cartas, mails. Y recibir todo ese feedback increíeble que me infla el alma :)

- Hablar por Skype!

- Aventurarme por la ciudad, salir de mi casa en micros sin rumbo determinado y bajarme cuando me de la gana en algún lugar nuevo cada vez.

- Las mini-rotondas (roundabouts).

- El ruido de los semáforos al cruzar la calle y lo corta que es la luz verde!

- Que se maneje al lado izquierdo.

- Mis edificios de ladrillo antiguo de 4 pisos en los barrios playeros-urbanos, en el Coastal Walk Coogee-Bondi.

- Mirar el horario de la micro en los carteles de los paraderos y que la micro llegue a la hora, minutos y segundos precisos que aparecen indicados.

- Los murciélagos (flying foxes) en High Street colgando de los magnolios milenarios.

- Las calles en subidas y bajadas con árboles en la mitad de la calle en Randwick y Coogee.

- Los infinitos restoranes fast food en las calles de kebabs/pizza /pide.

- Escuchar cualquier idioma menos inglés cuando voy en la micro o simplemente caminando por la calle.

- Ver más personas orientales por metro cuadrado que nunca antes en mi vida.

- Ver cómo cambian las banderas que avisan de los eventos de la ciudad en las calles.

- Que cada mañana me reten los obreros de la construcción camino a la universidad por andar en bicicleta debajo del alero que ponen en la vereda.

- Mi eterna botella de agua PUMP que me compré en el aeropuerto el día 1 y que me acompaña hasta hoy.


Probablemente se me queden MILES de cosas en el tintero, y podría escribir por días todas las cosas que llevo y quiero llevar conmigo para siempre como recuerdo de estos meses en Sydney, pero creo que al menos estas pocas son una buena muestra de todas ellas.


Una vez más gracias a todos los que me han acompañado a la distancia con tanta constancia y cariño, son ustedes quienes mantienen vivo este blog. Como siempre, un abrazo enorme para todos.


Hoy me despido de mi casa, de mi vida de estudiante aussie, de MI Sydney... pero empieza la aventura for real: Gold Coast - Sydney living at Coogee - Southeast Asia Trip - Tasmania!


Catcha later Syd, hullo adventure!