lunes, 22 de diciembre de 2008

No worries

OK, estamos de acuerdo. Ha pasado un buen tiempo desde mi último (primer) posteo. Pero la verdad es que si Diciembre es siempre un mes de muchas actvidades, fines de semestre, fiestas de fin de año, compras, calor, etc., el de este año ha sido especialmente movido y ocupado. Pero aquí estoy de vuelta.

Los australianos tienen una expresión muy habitual, que he conocido por mis conversaciones con Lucy -mi amiga aussie que conocí en Montañismo y que estudia en UNSW-, y por los mails que he recibido desde la oficina de intercambio de la universidad, y que es algo así como un 'hakuna matata' versión kangaroo. Y bueno, al parecer es la forma con que mis futuros compatriotas ven la vida, con más calma, menos apuro y estrés, enfocándose en lo realmente esencial: No worries!

Así que entre tanto ajetreo pre-intercambio (exámenes, radiografías, visa, bancos, tarjetas, computador, maletas, reserva de hostal, toma de ramos, y como dice Gusa, varios otros PAPELES), sumado al ajetreo pascuero inherente al mes nº12, he estado tratando de aplicar esta filosofía de vida en las semanas previas a mi partida. Pero he tenido algunos problemas en el intento: primero el hecho de que este semestre no fue de los mejores en términos académicos, lo que me hizo quedarme con una sensación un poco amarga considerando que era el último semestre antes de irme... pero bueno, hay que seguir adelante y si éste no fue tan bueno, el próximo sí lo será. Lo otro es que hace un par de semanas choqué en auto mientras volvía a mi casa por la Costanera Norte, o mejor dicho, cuando trataba de entrar a la autopista; era la hora peak y en el túnel de entrada había un taco de autos parados... bueno, yo no caché que estaban frenados y además me debo haber distraído por 2 segundos en que bajé la vista para buscar algo... lo suficiente para estar ya demasiado cerca del auto de adelante y no tener tiempo para frenar. Pasó lo que se imaginan... y mi fiel autito que ni un topón había tenido en su vida y que además estaba a la venta quedó bien a mal traer. Gracias a Dios no fue nada grave, pero como estaba dentro de una 'autopista concesionada', además de pasar por el impacto del choque, se armó todo un operativo de ambulancias, paramédicos y cuanta cosa pueda tener una baliza en el techo, desvíos de tránsito, conductores que pasan por al lado con cara de "pobre awe..... mansa ca..... que te mandaste", grúas y demases. Siempre dicen que los accidentes pasan cuando uno menos se los espera, y eso se aplica en un 100% a esto: cuando ya me iba, mi auto se vendía, y cuando ya no podía estar más corto de plata... Por suerte ya ha pasado el tiempo, ya tengo un comprador para mi auto chocado, y el dueño del auto que choqué todavía no da señales de vida (ni su seguro tampoco... ojalá no las den nunca!)

Bueno, pero punto aparte de este evento desafortunado con el que empezó Diciembre, he tratado de mantener la filosofía aussie de No worries. Sobre todo porque no quiero irme con la sensación de haber estado corriendo por miles de trámites vacíos, y haber dejado de lado las cosas que realmente importan, como aprovechar el tiempo (y de calidad) con las personas que quiero. Por suerte he tenido la oportunidad de estar con casi todas las personas que son importantes para mi y despedirme bien de cada uno. Pude estar con casi todos mis primos Bianchi en la Pascua de la Olguita, tuvimos un día familiar en La Leonera con la gran mayoría de los Dunsmore y los Ovalle, hace unos días me emocionaron con una despedida sorpresa organizada magistralmente por la Maida, que logró juntar a mi amigos del colegio, de la universidad, de Rupanco y de la vida a todos un mismo día y en el mismo lugar (y sin ni siquiera conocerlos a todos!), y también he podido hacer algunos paseos eco-friendly que tanto me gustan, como hoy día, que fui con la Maida, el Patrick y mis cuñados (Gerardo y José Tomás) a un trekking-asado en Yerba Loca.
También tuve la suerte de poder ir a una actividad de Navidad con los niños de la Escuela de Caleu -que apadrina mi suegra y algunas de sus amigas- y también he tenido que revisar los últimos detalles de los talleres para Proyecta -los trabajos de verano a los que me voy en Enero- ambas actividades muy gratificantes. Todo esto me tiene muy contento y agradecido de la vida.

Escribo hoy porque los próximos días van a ser bastante movidos: se vienen las últimas compras de regalos, últimos temas pendientes del intercambio, la Navidad y el viaje al sur. En cuanto a temas pendientes del viaje, lo que me va quedando es reservar el hostal definitivo al que llegaré en Sydney, y donde pretendo pasar la primera semana, hasta que encuentre un lugar permanente para vivir. Ah! No les había contado que al final compré mi pasaje en Qantas con una promoción 2x1, así que viajo con otro chileno de la UC que también va de intercambio a UNSW.

Me voy a Rupanco con una sensación de satisfacción porque creo que todo queda en orden aquí, hasta que vuelva a fines de Enero para partir definitivamente a esta aventura. Estoy ansioso por poder estar finalmente dentro de ese relajo sureño y aprovechar ese aire de paz que se respira en mi lago favorito. Quiero gozar al máximo el último tiempo en Chile con mis VIPs y qué mejor que hacerlo en tierras rupanquinas. Entre medio habrá un paréntesis que será Proyecta, que sin duda será una experiencia enriquecedora, sobretodo porque me siento involucrado en el proyecto, luego de todo un semestre de trabajo.

Me despido hasta la próxima... ojalá antes de mi partida definitiva, si no... hasta Sydney!

No worries!